El paso del tiempo, la exposición prolongada de la piel al sol o el estrés diario se hacen visibles en la cara y el cuello. Comienzan a aparecer surcos y pliegues que hacen que la expresión facial pierda tono.
El lifting facial es un tratamiento quirúrgico para retirar el exceso de piel en el rostro y cuello y tensar sus músculos, eliminando así los signos de flacidez y mejorando el tono y brillo en el rostro. Esta intervención se recomienda a partir de los 45 años.
A parte del lifting facial existen otra técnicas no quirúrgicas para mejorar el aspecto y el tono facial. Estos son los llamados hilos tensores que se encargan de mejorar la flacidez, posicionando los tejidos y mejorando el óvalo facial.
Los efectos de los hilos tensores se mantienen incluso después de haber sido absorbidos, pues el colágeno y elastina que generan dan lugar a colágeno nuevo de mejor calidad.